Beneficios de la miel
Nuestra miel, según se recoge en los colmenares, se envasa en tarros de cristal. Con esto evitamos el tener que calentarla y que nuestros clientes la consuman cruda, según la elaboran las abejas, con todas sus propiedades. Por eso en determinadas variedades, sobre todo las de primavera, cuando llegan los fríos se cristaliza (se pone cremosa).
La homogenización de esta cristalización garantiza que la miel es pura y permite ver que no se le ha añadido sacarosa/glucosa, como a la mayoría de las mieles de importación (principalmente chinas) ya que en este caso la cristalización no sería homogénea. Motivo por lo cual estas mieles de importación están pasteurizadas, lo que las degradas y las hace perder todas las propiedades benefactoras que el consumo de miel tiene para la salud de las personas.
Para alargar esta evolución natural de la miel se recomienda mantenerla a temperatura no inferior a 20 grados centígrados.
Una vez producida la cristalización, si usted la desea líquida, sométala a un baño maría que no supere los 40º C., aunque no es recomendable, ya que en este proceso, puede haber pérdida de vitaminas, minerales y componentes bactericidas en su forma orgánica.
Como consumidor debe exigir que en la etiqueta figure claramente que la miel es nacional “miel de España” lo que garantiza la máxima calidad. Rechace las mezclas de mieles procedentes de diversos países, ya que la mayoría de ellas proceden de triangulaciones, para no poner el país de donde realmente son originarias (Principalmente la República Popular China) ni el porcentaje de la mezcla, además suelen ser países con escasa o nula legislación sanitaria; mezcladas con siropes y sacarosas, lo que es un auténtico engaño al consumidor español.
La fecha de consumo preferente es indicativa. La miel que se conserva en un espacio protegido de la luz, humedad y con temperatura constante no tiene prácticamente caducidad.
Propiedades del polen
Nuestro polen ha sido recolectado y desecado en España. Pertenece a la última cosecha y no ha sido mezclado con polen procedente de importaciones. Al ser un producto natural lo envasamos principalmente en tarros de cristal y no en bolsas de derivados de petróleo, que desdice tan noble producto.
Como consumidor debe exigir que en la etiqueta figure claramente que el polen es nacional “polen de España” lo que garantiza la máxima calidad. El polen que comercializan algunas envasadoras españolas deja mucho que desear, al ser importado de países con escasa o nula legislación sanitaria; en sus etiquetas no indican el país del que procede, siendo un auténtico engaño al consumidor español.
Para que las propiedades de nuestro polen no se pierdan, se recomienda tener el envase perfectamente cerrado, ya que es muy higroscópico. No exponerlo a la luz solar que lo degrada. No es necesario mantenerlo en frigorífico.